De cómo el año naufragó, como hace un siglo el Titanic, todo fue en blanco y Negro, como ‘The Artist’, y el glamour se murió recordando a Marilyn
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El año en el que se suspendió el fin del mundo, el hombre más rápido del planeta voló en el estadio olímpico de Stratford y recorrió los cien metros en 9,63 segundos; un caballero con apellido impronunciable se lanzó desde 39.068 metros y rompió la barrera del sonido, y un renombrado científico descubrió ‘la partícula de Dios’, de la que todos hablaron pero nadie supo explicar.
Se cumplieron tres décadas del Nobel a García Márquez, y todos viajamos a Macondo, y florecieron las soledades. Se conmemoró un siglo del hundimiento del Titanic, y descubrimos que seguimos camino del naufragio. Y se celebró el bicentenario de Dickens, y nos contagiamos del claro oscuro de sus ciudades, y el alma despiadada de algunos de sus personajes se apoderó de nuestras calles. Todo fue como el Londres de Oliver Twist. "Era un atardecer gris, boc…
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El año en el que se suspendió el fin del mundo, el hombre más rápido del planeta voló en el estadio olímpico de Stratford y recorrió los cien metros en 9,63 segundos; un caballero con apellido impronunciable se lanzó desde 39.068 metros y rompió la barrera del sonido, y un renombrado científico descubrió ‘la partícula de Dios’, de la que todos hablaron pero nadie supo explicar.
Se cumplieron tres décadas del Nobel a García Márquez, y todos viajamos a Macondo, y florecieron las soledades. Se conmemoró un siglo del hundimiento del Titanic, y descubrimos que seguimos camino del naufragio. Y se celebró el bicentenario de Dickens, y nos contagiamos del claro oscuro de sus ciudades, y el alma despiadada de algunos de sus personajes se apoderó de nuestras calles. Todo fue como el Londres de Oliver Twist. "Era un atardecer gris, boc…